Cuidado y Mantenimiento
1. Mantén tus lámparas de sal encendidas 24 horas al día, para que la bombilla de luz en el interior de la lámpara pueda mantener la lámpara caliente con el fin de generar los iones. Dejar tu lámpara encendida en todo momento también calienta el cristal de sal, evaporando la humedad que pueda acumularse.
2. Elimina el polvo blanco con cuidado de la superficie de la lámpara con un paño suave y apenas húmedo, mientras mantienes tu lámpara encendida. Este polvo blanco se forma por la presencia de exceso de humedad en la habitación, como el de un cuarto de baño, dado que los cristales de sal en tu lámpara se disuelven rápidamente. La sal naturalmente atrae la humedad del aire y el polvo blanco proviene de la interacción de los cristales de sal y las moléculas de agua. Evita la exposición de tu lámpara de sal a niveles de humedad superiores al 60 por ciento.
3. Coloca una bolsa de polietileno, un plástico flexible y ceroso, por encima de tu lámpara de sal para protegerla de la humedad, si sabes que no vas a usar la lámpara durante mucho tiempo, pero todavía quieres conservarla.
4. No deben sumergirse en el fregadero ni limpiarse con un trapo demasiado húmedo. En caso de que la lámpara se moje, lo mejor es dejarla encendida hasta que se seque.
* Hay que tener en cuenta que la lámpara prendida absorbe la humedad ambiental y es ahí cuando la transforma en el aire salino seco en aire ionizado. La lámpara apagada no tiene fuente de calor para poder transformar la humedad absorbida en el aire sano, por lo cual no cumple la función de ionizador y aparte puede canalizar esta humedad en un chorrito de salmuera en el lugar de apoyo. Por la misma razón no es útil usar focos de bajo consumo, ya que son solo fuentes de luz y no calor. Mantienen siempre su peso, además se les puede colocar gotas de aceites de hornillos y a su vez sirven de aromatizador natural.